Cada 31 de octubre se celebra en todo el mundo el día de Halloween. Hay cientos de historias en torno al origen del día de Halloween, pero lo cierto es que lo que hoy conocemos como la Noche de Brujas o Halloween se celebraba hace más de 3000 años por los celtas.
El 31 de octubre es una fecha asociada con los muertos, las almas en pena, las brujas y los hechizos. Estas características se deben a su cercanía con el Día de los Difuntos, que originó la iglesia católica y que se conmemora el 2 de noviembre. Como en otros festivales de año nuevo, en esta fecha los muertos volvían a estar entre los vivos. Los celtas hacían sacrificios humanos y de animales en honor al dios Samhaím, señor de la muerte.
Aunque muchos religiosos piensan que esta festividad se hace con el propósito de venerar al diablo o a los demonios, lo cierto es que se ha convertido en una fecha para la diversión infantil, en la cual los niños van disfrazados casa por casa para recibir dulces mientras dicen truco o trato. Además, asisten a fiestas decoradas donde disfrutan de alimentos típicos de esta fecha, como pastel de calabaza, cuentos de terror o películas de terror infantil.
La costumbre de pedir dulces de puerta en puerta (trick-or-treating) se popularizó alrededor de 1930, cuando surgió en Europa. Según parece, la tradición comenzó cada 2 de noviembre (Día de todas las almas, Day of All Souls), cuando los cristianos iban de pueblo en pueblo pidiendo tortas de alma (soul cakes) que eran pedazos de pan dulce. Cuantos más soul cakes recibían, más prometían rezar por la paz de los familiares fallecidos de los que les daban tal limosna. Con el tiempo, esta costumbre se fue fusionando con la fiesta de Halloween hasta convertirse en otro rasgo típico de la celebración.

